viernes, 20 de junio de 2014

CARTA PARA EL DÍA DEL PADRE

Imagen de gracias padre

Papá quiero aprovechar este día tan especial, el día dedicado a los padres, para decirte cuán grande es este amor que te tengo.

Me has enseñado a lo largo del camino que la vida es hermosa, que debo seguir mi sendero con honestidad y alegría, que debo ser fiel a mis principios y sobre todo, que nunca debo faltar a mis ideales y lograr mis metas… 

Y así lo hago papá, sigo ese sendero que me dibujaste en la niñez… aún tengo en mi mente las palabras precisas con las cuales cada noche me aconsejabas… esos momentos contigo los amé, los amo porque tú eres ese hombre fuerte y constante que admiro y respeto, que al mirarte se me engrandece el pecho y me lleno de orgullo de llamarte Padre...

Gracias, gracias por ser mi padre, hombre bueno y entregado que sacó fuerzas de la nada para guiarme dulcemente por el camino elegido...

Tú eres para mí lo más bello, lo más sagrado y en este día quiero decirte padre mío que te amo, que eres el héroe de mi infancia y aun hoy lo eres todo para mí… Cuida siempre tu vida que no quiero que me faltes nunca papá, porque eres ese pilar que necesito para continuar con mi vida.

carta dia del padre

HOMENAJE AL PADRE, FELIZ DIA


Es bueno reconocer a quienes han sido y son una parte importante en nuestras vidas: nuestros padres. Esto es un homenaje a ti, padre, que tanto lo mereces.
Un homenaje a los padres...

Al padre que está cerca y al que está lejos. Al padre que sólo existe en nuestro recuerdo e incluso al padre que un día se negó a sí mismo el placer de vernos crecer y nos abandonó en el vientre de una madre soltera.

A ti padre, que aprisionas contra tu pecho amoroso al hijo amado, que luchas contra la vida para llevar diariamente el sustento a la mesa, para ti un canto de amor, respeto y admiración.

A ti, padre campesino, que has aprendido a extraer de la tierra el milagro de sus frutos, alimentados con tus gotas de sudor y cansancio.

A ti, que exploras los caminos por los que han de transitar tus hijos, los limpias de abrojos y abres la brecha, para hacer su caminar más fácil y llevadero.

A ti padre que te atavías diariamente con la elegancia de la corbata, que dejas detrás de la puerta tus sufrimientos y los disfrazas con sonrisas para cumplir tu jornada en esa oficina que sabe de tus suspiros de nostalgia.

A ti, padre soltero, que haces caso omiso del dolor de la traición y el abandono,  que celebras con sonrisas y amor las travesuras y los triunfos de tus hijos.

Un homenaje a ti, padre, que guardas en tu corazón el recuerdo del hijo que te fue arrebatado por la muerte, que le pides al viento llevar el beso y el suspiro de tu amor imperecedero hacia el cielo desde donde te mira, que escondes esa lágrima que se escapa por el hijo que ya no está.

A ti, padre maestro y amigo, que resuelves ecuaciones y trazas líneas rectas en el encerado con amor a tu alumno, con ese mismo amor con que guías a tus hijos.

A ti que eres padre, a ti que mereces reconocimiento, a ti que siendo padre has recibido estas letras...
Este homenaje está dedicado a ti. 
padre


CARTA PARA MI PAPÁ

Querido papá:
Quiero contarte algo que se refiere a nosotros dos, 
quiero compartir contigo algunas experiencias que viví a tu lado sin que tú lo supieras, experiencias que de alguna manera apreciaría transmitirle a mi hijo, cuando sea yo quien lo tenga.
Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios salud y trabajo para nosotros, así aprendí que existía alguien con quien yo podría conversar en el futuro.
Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y por tus amigos enfermos, y así aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que nada tenían, y aprendí que aquellos que tienen, debemos compartirlo con quienes no tienen.
Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.
Cuando pensabas que no te veía,  te vi atender la casa y a todos  los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que es dado.
Cuando pensabas que no te veía,  vi como cumplías con tus responsabilidades, aún cuando no te sentías bien y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.
Cuando pensabas que no te veía, vi tus lágrimas, y entonces aprendí que a veces las cosas duelen y que está bien llorar.
Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.
Cuando prensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una buena persona y también productiva cuando crezca.
Cuando pensabas que no te veía, te vi y quise decir:

¡GRACIAS POR TODAS LAS COSAS QUE VI, CUANDO PENSABAS QUE NO TE VEÍA!

Gracias papá por lo que me diste,
el ejemplo que para mí fuiste
y todo cuanto por mí hiciste.

lunes, 16 de junio de 2014

PAPÁ ESTÁ MUY OCUPADO (Reflexión)


El papá de Alberto era un hombre importantísimo y muy ocupado que trabajaba tantas horas, que a menudo debía trabajar los fines de semana. Un domingo Alberto se despertó antes de tiempo, y al escuchar que su papá abría la puerta de la calle para salir hacia la oficina, corrió a preguntarle:

- ¿Por qué tienes que ir hoy a trabajar, papi? Podríamos jugar juntos...
- No puedo. Tengo unos asuntos muy importantes que resolver.
- ¿Y por qué son tan importantes, papi?
- Pues porque si salen bien, serán un gran negocio para la empresa.
- ¿Y por qué serán un gran negocio?
- Pues porque la empresa ganará mucho dinero, y a mí es posible que me asciendan.
- ¿Y por qué quieres que te asciendan?
- Pues para tener un trabajo mejor y ganar más dinero.
- ¡Qué bien! Y cuando tengas un trabajo mejor, ¿podrás jugar más conmigo?

El papá de Alberto quedó pensativo, así que el niño siguió con sus preguntas.

- ¿Y por qué necesitas ganar más dinero?
Pues para poder tener una casa mejor y más grande, y para que tú puedas tener más cosas.
- ¿Y para qué queremos tener una casa más grande? ¿Para guardar todas esas cosas nuevas?
- No hijo, porque con una casa más grande estaremos más a gusto y podremos hacer más cosas.

Alberto dudó un momento y sonrió.

- ¿Podremos hacer más cosas juntos? ¡Estupendo! Entonces vete rápido. Yo esperaré los años que haga falta hasta que tengamos una casa más grande.

Al oír eso, el papá de Alberto cerró la puerta sin salir. Alberto crecía muy rápido, y su papá sabía que no le esperaría tanto. Así que se quitó la chaqueta, dejó el ordenador y la agenda, y mientras se sentaba a jugar con un Alberto tan sorprendido como encantado, dijo:
Creo que el ascenso y la casa nueva podrán esperar algunos años.