Es bueno reconocer a quienes han sido y son una parte importante en nuestras vidas: nuestros padres. Esto es un homenaje a ti, padre, que tanto lo mereces.
Un homenaje a los padres...Al padre que está cerca y al que está lejos. Al padre que sólo existe en nuestro recuerdo e incluso al padre que un día se negó a sí mismo el placer de vernos crecer y nos abandonó en el vientre de una madre soltera.
A ti padre, que aprisionas contra tu pecho amoroso al hijo amado, que luchas contra la vida para llevar diariamente el sustento a la mesa, para ti un canto de amor, respeto y admiración.
A ti, padre campesino, que has aprendido a extraer de la tierra el milagro de sus frutos, alimentados con tus gotas de sudor y cansancio.
A ti, que exploras los caminos por los que han de transitar tus hijos, los limpias de abrojos y abres la brecha, para hacer su caminar más fácil y llevadero.
A ti padre que te atavías diariamente con la elegancia de la corbata, que dejas detrás de la puerta tus sufrimientos y los disfrazas con sonrisas para cumplir tu jornada en esa oficina que sabe de tus suspiros de nostalgia.
A ti, padre soltero, que haces caso omiso del dolor de la traición y el abandono, que celebras con sonrisas y amor las travesuras y los triunfos de tus hijos.
Un homenaje a ti, padre, que guardas en tu corazón el recuerdo del hijo que te fue arrebatado por la muerte, que le pides al viento llevar el beso y el suspiro de tu amor imperecedero hacia el cielo desde donde te mira, que escondes esa lágrima que se escapa por el hijo que ya no está.
A ti, padre maestro y amigo, que resuelves ecuaciones y trazas líneas rectas en el encerado con amor a tu alumno, con ese mismo amor con que guías a tus hijos.
A ti que eres padre, a ti que mereces reconocimiento, a ti que siendo padre has recibido estas letras...
Este homenaje está dedicado a ti.
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