¿Qué contradictorio, no?
Si la Navidad es época de felicidad, de encuentro, de gozo, de paz, de solidaridad, de amor... Pero lamentablemente para mucha gente es así, es tristeza de navidad.
Porque tal vez están solos en sus casas, en una cama de hospital, en un asilo de ancianos, de guardia en un puesto de trabajo lejos de su familia, o simplemente solos sin familia.
Tal vez para ellos el 24 sea una noche más... noche de acostarse temprano... mirando por la ventana la felicidad de los demás, noche de más bullicio, noche de bocinas de autos que ríen sin cesar... noches que además tienen ese vacío en algún lugar del alma.
A todos ellos les digo rotundamente que ¡¡¡NO!!!...que NO es así.
Que no debemos permitirnos que sea una noche más.
Debemos atrevernos a encontrar la Navidad dentro de nosotros, sí. Dentro nuestro, porque es allí donde está... Muchos podrán decir...
"¿Cómo?, ¿de qué manera? --¡Es imposible!"
Entonces le propongo lo siguiente:
Pongámonos nuestra mejor ropa, mirémonos al espejo porque allí está uno los invitados de esta noche...
Invitemos ahora al recuerdo más lindo de la infancia, busquemos en ese cajón olvidado la carpetita que nos tejió la abuela, aquellas figuritas del álbum con brillantina, la revista de historietas que quedó por ahí...
Luego invitemos al recuerdo de ese amigo imborrable, la foto que nos sacamos juntos, la carta que alguna vez nos escribió, ese regalo que nos hizo, las salidas a los bailes del 24 después de saludar a la familia...
Invitemos también al recuerdo de los familiares que ya no están, aquellos con los cuales compartíamos esas largas mesas navideñas, que a la hora de descorchar las botellas nos tapamos para que nos caiga encima el corcho y escuchar el grito de todos... “¡será el próximo en casarse!”...
Y por último, invitemos al “espíritu de la navidad”, ese deseo de paz y amor que todos llevamos dentro, para que cuando lleguen las 12 abracemos fuerte esos recuerdos, demos un beso a la ausencia y como dijo Arjona “realmente no estoy tan solo, ¿quién te dijo que te fuiste, si cargaste con el cuerpo, pero no con el recuerdo?”.
Por ello a quienes esta navidad sienten la soledad, le propongo cargarnos de recuerdos, y tal vez si se animan... solo tal vez... escribir sobre ellos...Y desde hoy no se olviden que yo también esteré en su recuerdo con este mensaje y Uds. En el mío... ya somos dos... entonces ya no estamos solos.
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